Casa de campo en la Costa Brava
Este proyecto fue una joya en nuestra empresa donde tuvimos la oportunidad de fusionar la restauración arquitectónica con el diseño de interiores en una impresionante masía rústica en Calonge (Girona), construida en 1978 y situada en un entorno montañoso. Inicialmente un molino, la masía conservaba la esencia de su pasado industrial, que se integraba armónicamente con su nueva vida como residencia. Distribuida en tres plantas y rodeada por más de 32.000 m2 de terreno, la masía ofrecía un oasis de tranquilidad integrado en la naturaleza. Durante la reforma, se preservó cuidadosamente el espacio único de los masoveros, añadiendo un toque de autenticidad histórica a la moderna transformación.
En la planta baja, re-imaginamos antiguos espacios de bodega y establo como una cocina de estilo rústico, un comedor con una impresionante bóveda de piedra, una bodega con techo abovedado, un amplio salón, un baño y una zona de lavadero único. En la primera planta, instalamos sistemas de climatización y diseñamos habitaciones únicas, así como una sala de lectura con vistas al jardín y terrazas exteriores. Por lo que hace a la segunda planta albergaba una sala principal con una chimenea central de cuatro caras, rodeada de grandes sillones y sofás, así como la lujosa habitación principal, completa con un vestíbulo previo y un espacioso vestidor. En la planta superior, instalamos sistemas de climatización y diseñamos habitaciones y baños de invitados únicos, además de una sala de lectura con paredes acristaladas que se abrían hacia el majestuoso jardín principal, terrazas exteriores y una acogedora sala de recibidor.
Los detalles no se pasaron por alto: las paredes, algunas de roca y otras enyesadas y pintadas, se complementaban con suelos embaldosados de estilo rústico y techos abovedados o con vigas de madera, creando espacios únicos y acogedores en cada estancia. Se fusionaron muebles clásicos y rústicos con una cuidada selección de cuadros y objetos decorativos. Se hallaron joyas en los antiguos anticuarios de la zona, desde roperos y mesas hasta armarios rústicos y detalles decorativos, manteniendo una coherencia entre diferentes estilos.
El impresionante jardín, con su exuberante césped y variada vegetación, envolvía la masía y la conectaba íntimamente con la naturaleza. Una zona de barbacoa, construida en un antiguo corral de ganado, se convirtió en el lugar perfecto para reuniones, cuidadosamente decorado con vajilla grabada con el logo de la finca, añadiendo un toque personal y distintivo a la experiencia.
